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Este método terapéutico se rige por el principio general de que "lo similar cura lo similar".

Normalmente, las sustancias utilizadas en la homeopatía son diluidas en agua o en alcohol, hasta el punto que la sustancia original es casi imperceptible.

El tratamiento homeopático debe ser siempre indicado por un homeópata, que es el profesional mejor capacitado para adaptar el tratamiento a las condiciones físicas y emocionales de cada persona y nunca debe sustituir el tratamiento clínico prescrito, sin el conocimiento previo del médico.
La Consulta
La consulta con un homeópata es muy semejante a la de un médico de medicina convencional, ya que se realiza una evaluación de cada persona, así como exámenes que ayudan a identificar un diagnóstico.

No obstante, en el caso del homeópata, también tratará de entender de que manera los síntomas están afectando la vida diaria de cada persona y qué otros problemas pueden estar ocurriendo en su vida.

De esta manera, la consulta del homeópata tiene una mayor duración, al menos 30 minutos.

Después de esta evaluación, y luego de llegar a un diagnóstico, el homeópata es capaz de indicar cuál debe ser el remedio homeopático a utilizar, así como la fuerza de su dilución, creando un plan terapéutico con dosis, horarios y duración del tratamiento.